«Cómo el movimiento zero waste cambia el rumbo del cambio climático». Menudo título, sin duda es un tema muy interesante que vale la pena tratar. Sin embargo, aunque algunos estamos más que familiarizados con estos términos, para otros eso del «cambio climático» sigue siendo una amenaza abstracta y confusa que se cierne sobre nuestras cabezas. Como ocurre con Ya-Sabes-Quién… es mejor evitar este tema en una conversación civilizada.
¿O no? Quizás ha llegado por fin el momento de afrontarlo, igual que con el nombre de Lord Voldemort (o Tom Sorvolo Ryddle). Tenemos que reconocer que no podemos seguir ignorando este marrón del cambio climático para siempre.
¿Cambiocliqué?
Antes de entrar en harina, es necesario empezar dejando claros algunos conceptos. ¿Qué es el cambio climático? ¿Cuáles son sus causas y sus efectos? ¡Vamos allá!
Hablamos del clima, no del tiempo
En pocas palabras: aunque pudieras tomar el sol en abril de 2020 y solo un año después hacer una pelea de bolas de nieve con tus amigos, el cambio climático y el aumento de la temperatura de la atmósfera son una realidad. Hoy, al ser testigos directos de los cambios meteorológicos, podemos ver y sentir mucho más cerca que nunca los efectos del cambio climático .
Pero ¿qué es lo que causa este lento y decidido cambio en la temperatura del planeta?
El efecto invernadero
El efecto invernadero es el modo en que «el calor queda atrapado cerca de la superficie terrestre por los gases de efecto invernadero», explica la NASA. Estos gases, también llamados GEI o GHG (siglas en inglés para greenhouse gases), incluyen el dióxido de carbono, el metano y los óxidos nitrosos. Si bien la temperatura de la Tierra siempre ha pasado por altibajos, las actividades humanas han aumentado exponencialmente la cantidad de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, favoreciendo una subida de su temperatura.
Una imagen vale más que mil palabras
Glaciares derretidos, aumento del nivel del mar, precipitaciones muy intensas, olas de calor o devastadoras sequías son solo algunos de los efectos más visibles del cambio climático en nuestro día a día. En la actualidad, los científicos coinciden en que reducir las emisiones de GEI en un 50% para el año 2030 (sí, solo dentro de nueve años...) es una necesidad imperativa si queremos detener esta tendencia y darle a la Tierra un merecido descanso.
¡Arremángate! Tenemos mucho trabajo por delante
El 62% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y, excluyendo las del uso de la tierra y la silvicultura, se liberan durante la extracción, el procesamiento y la fabricación de bienes para satisfacer las necesidades de la sociedad, según el Informe de brecha de circularidad de 2019.
La Secretaria Ejecutiva de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, explica que «todo el sistema debe ser repensando con más cuidado». Necesitamos construir un futuro más sostenible. Y tenemos que empezar ya.
62% es muchísimo. El gráfico anterior muestra que el modo en que creamos constantemente nuevos productos sin descanso nos pone en caída libre. No solo porque libera una cantidad obscena de gases de efecto invernadero, sino también porque genera toneladas y toneladas de residuos. Un estudio de 2021 muestra cómo los residuos domésticos a nivel mundial crecerán, si se cumplen las previsiones, en un 30% en 2030 y en un 70% para el año 2050.
¿Cómo podemos frenar esta tendencia? ¿Cómo impedir que todo esto explote?
Una parte central de la solución al cambio climático reside en la llamada «economía circular». La economía circular es un sistema regenerativo en el que los recursos consumidos, los residuos, las emisiones y la energía se reducen ralentizando, cerrando y estrechando los ciclos de uso de la energía y los materiales.
La hoja de ruta ideal para alcanzar la estabilidad climática pasa por dejar atrás los combustibles fósiles y aprovechar otras fuentes de energía alternativas y más verdes que nos lleven a la neutralidad en las emisiones de CO2. Pero esto no es suficiente, también hay que añadir una mirada crítica a la cantidad de energía que usamos.
¿Por qué pasarse al zero waste?
La relación entre la economía circular y el cambio climático es muy estrecha. Reducir (y eliminar poco a poco) el consumo excesivo de nuestras vidas puede ser la forma más sencilla y una de las soluciones más asequibles para ralentizar el calentamiento del planeta.
Podemos reducir las consecuencias de la producción, transporte y consumo en el cambio climático si apostamos por reutilizar, compostar y reciclar mucho más.
La práctica…
El propósito de reducir o, si quieres llevar las cosas hasta el final, eliminar por completo cualquier fuente de residuos de tu vida es lo que caracteriza al movimiento zero waste.
Reducir... ¿menos residuos o cero residuos? En Bambaw comprendemos que cambiar nuestros hábitos y costumbres de un día para otro no es nada fácil. Por eso, intentamos inspirar a nuestros eco-consumidores para que se acerquen al «cero» con pasos pequeños pero seguros y avancen en este viaje hacia una vida sin residuos. Sin prisa, pero sin pausa.
Un nuevo estilo de vida a tu alcance
Vivir sin residuos es una filosofía que persigue la solución más sencilla a la contaminación. Atajando el problema de los plásticos desde su origen o comprando menos productos fabricados con plástico, nosotros, pequeños terrícolas, estamos dando pequeños pasos hacia un mundo más verde y más sano.
Desde que la cultura del usar y tirar empezó a calar en la década de los cincuenta, el plástico desechable se ha convertido en nuestro mejor amigo... y nuestro peor enemigo al mismo tiempo. Es lo que llamamos una relación tóxica. Y ya sabemos que estas relaciones es mejor dejarlas atrás.
El movimiento trata de encontrar la belleza en la sencillez, haciendo más con menos y centrándose en lo que de verdad importa.
Algo que deberías recordar
Si solo pudieras recordar una cosa sobre esto de vivir sin residuos, sin duda debería ser su lema: cinco sencillos pasos que te permitirán unirte a una dinámica comunidad de personas que apuestan por cambiar el mundo.
- Rechaza
- Reduce
- Reutiliza
- Recicla
- Reincorpora
Seguro que ya te suenan estas palabras llenas de erres: las repiten en la radio, te las han explicado en clase o las has visto en una infografía muy chula (como la nuestra)
…hace al maestro
Volvamos por un momento a las emisiones GEI, los famosos gases de efecto invernadero. ¿Cómo podemos ser maestros de verdad uniéndonos al movimiento cero residuos? ¿Cómo se ayuda de verdad a cambiar el rumbo del cambio climático?
Sin rodeos, hay que aceptar que nuestra basura y nuestro modelo de consumo excesivo se convierten en gases de efecto invernadero.
El efecto bola de nieve
Teniendo en cuenta que la industria es responsable del 21% de las emisiones globales, la producción de bienes y recursos que usamos emite una cantidad muy importante de GEI.
Sin embargo, a menudo olvidamos algunos aspectos inherentes a nuestro consumo. Por ejemplo, todas las etapas del ciclo de vida del plástico colaboran en la emisión de gases de efecto invernadero: producir resinas a partir del petróleo, crear productos con ellas y eliminar los residuos plásticos al final de su vida útil.
Exacto: cuanto más compramos, más plásticos desechables generamos; cuantos más artículos de plástico tiramos, más GEI producimos.
¿Y cómo frenamos esa maldita bola?
Los principios del zero waste se basan en conservar los recursos y minimizar la contaminación. Por ejemplo, cada vez que compramos solo estrictamente lo necesario o sustituimos artículos de un solo uso por alternativas reutilizables, evitamos la emisión de GEI innecesarios a la atmósfera.
Por supuesto, invertir en energías renovables y tecnologías inteligentes, igual que viajar de una forma más eficiente, son caminos que hay que recorrer. Pero... el tiempo se agota. Adoptar un estilo de vida sin residuos, dando pasos tan sencillos como tomarte tu café para llevar en una taza reutilizable, es una solución fácil e inmediata para bajar el ritmo de las emisiones de GEI.
Cerramos el círculo con las 5 erres para vivir sin residuos
- Rechaza
- Reduce
- Reutiliza
- Recicla
- Reincorpora
¿Te acuerdas? Seguimos: vamos a profundizar en las últimas tres erres. Nuestro objetivo es comprender cómo ayudan a reducir el ritmo del cambio climático.
Haz clic aquí y dales una oportunidad.
¿En serio reutilizar las cosas ayuda a paliar el cambio climático?
Cuando reutilizamos algo, ponemos freno al interminable ciclo de producción, al menos en lo que respecta a ese artículo. Cada gesto cuenta en esta misión, cada acción puede marcar la diferencia de verdad. Simplemente comprando en tiendas de segunda mano, haciendo upcycling o evitando los productos de un solo uso (especialmente los de plástico), contribuimos a asentar la economía circular y a crear una espiral de consumo positiva y sostenible.
Reutilizar lo que ya tenemos o encontrar un nuevo uso a nuestras cosas viejas equivale a disminuir la producción y fabricación de nuevos artículos, disminuyendo el impacto del transporte y el consumo energético y generando mucha menos basura. Si reducir las emisiones de CO2 y conservar los recursos no es suficiente, piensa que reutilizar lo que ya tienes también estimula tu creatividad.
¿Por qué reciclar también es esencial para mejorar las cifras del calentamiento global?
La economía circular favorece el reciclado cuando es posible. Separa y trata los materiales para que puedan ser utilizados de nuevo tantas veces como la naturaleza del producto o del material lo permita.
Para la atmósfera, es mucho mejor utilizar energía para el proceso de reciclaje que volver a consumir toda la energía que requiere la producción de nuevos artículos desde cero (otra vez). Ya hemos comentado antes que la fabricación de plásticos emite GEI en todas sus etapas, especialmente en la fase de producción.
Aprovechar materiales reciclados para fabricar nuevos productos requiere dos tercios menos de energía que obtener de nuevo árboles, combustibles fósiles y minerales metálicos para crearlos de nuevo. En otras palabras: se queman menos combustibles fósiles y se emiten menos GEI.
¿Por qué compostar es esencial para combatir el cambio climático?
Los residuos biodegradables que producimos representan un 30% de toda nuestra basura. Para vivir sin residuos, la solución más adecuada (¡y gratificante!) es compostarlos correctamente.
Cuando la basura orgánica se descompone en compost aireado siguiendo un proceso aeróbico (con oxígeno) no libera nada de metano (uno de los GEI más dañinos), pues los microbios que producen el metano no están activos en presencia de oxígeno.
Pero hay más: los beneficios climáticos del compostaje no acaban aquí. Hoy, la cantidad de carbono en el suelo es mucho mayor (unos 2.500 miles de millones de toneladas) que la suma de todo el carbono presente en la atmósfera y la vida vegetal (1.360 miles de millones de toneladas en total).
Los restos en descomposición en entornos cerrados o quemados (vertederos) bloquean y acumulan carbono, por lo que el CO2 no puede desaparecer en el aire o el agua y se queda bloqueado atrapando más calor en la atmósfera. Pero cuando depositamos nuestra basura orgánica en una compostera, tenemos el poder de reducir los efectos del cambio climático sin esfuerzo ni grandes inversiones.
Resumiendo
¿Te has atrevido a llegar hasta el final de este artículo y completar toda la saga de información sobre el tema que no debe ser nombrado? Genial. Si es así, seguro que ya no te da miedo Tom Sorvolo Ryddle. Ya has visto la luz y has podido asomarte a los entresijos del cambio climático.
Ahora ya sabes cómo el zero waste cambia el rumbo del cambio climático.
Sabes cómo el efecto invernadero afecta al planeta, cómo se calienta nuestra atmósfera por los gases que emitimos, cómo la economía circular está contribuyendo a reducir el consumo excesivo y cómo esto puede ser la forma más fácil (y una de las más asequibles) para detener el calentamiento del planeta.
Ya eres un maestro del principal lema zero waste (las 5 erres) y estás listo para reutilizar, compostar y reciclar más y más, ¡y para compartir tu sabiduría!